viernes, septiembre 08, 2006

¿Qué hay de la vida de...?


Camilo González Baena
MVZ


El recordado Camilo, profesor de Fisiología, evocado por ser un excelente profesor, pero además persona recursiva, capaz de solucionar los problemas de la cotidianidad con los aparatos más complejos de Investigación o de Docencia, entró a disfrutar de su pensión de jubilación en 1.998.
Sus reconocidas dotes de contertulio amable, de una memoria envidiable para la docencia, pero también para los detalles propios y de extraños, lo convirtieron en un elemento integrador, amable anfitrión y eficiente orientador de todos los que llegaban por cualquier motivo a las dependencias del Departamento de Ciencias Básicas. A la luz de un tinto, muchas fueron las gestiones que realizó en bien de la Universidad, de la Facultad y del Departamento.

Como lo pregonó siempre, una vez cumplió la edad de jubilación, se dedicó a disfrutar de las cosas que hacían grata su vida: su hogar, sus hijos y descendencia, la buena mesa y su excelente habilidad de “Chef”, amén de los viajes por diferentes destinos de la geografía nacional.

En uno de los años que siguieron a su retiro, aceptó impartir una cátedra de Fisiología y continuó asesorando a docentes de la Universidad de Caldas y algunas otras de la ciudad y de la región, compartiendo sus vastos conocimientos en lo docente y lo investigativo.

Como conocemos sus más allegados, una de sus aficiones es la carpintería y el trabajo con madera en general: en esos menesteres lo hallamos al visitarlo para realizar la presente crónica.

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